Sobre la prensa, las amenazas y las penas de carcel
Un etarra escribe en dos artículos periodísticos una frase...
"Hace años le escuché a un muy apreciado compañero chillar con fuerza «Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria». Sí, sacadlas, porque otro camino sólo implica más sufrimiento. O el futuro terminará demostrando, sin duda, que os quedásteis sin ellas."
... y da nombres de funcionarios de prisiones y políticos que están en contra de Euskadi.
Tiene un pasado de asesino (aunque ya ha pasado en la carcel el tiempo que la justicia le marcó), infiere amenazas (son amenazas por el pasado concreto del etarra; si esas frases las hubiera escrito otra persona ni siquiera se hubieran parado a interpretarlas) y se le condena, quizás con justicia, a 3 años de prisión (tras numerosos espectáculos bochornosos de gobierno, oposición y jueces). Lo que ocurre después es otro asunto que no voy a entrar a analizar ahora.
Un escritor escribe en un artículo periodístico la siguiente frase a próposito de la prisión atenuada del asesino previamente mencionado:
"Cabría preguntarse si un gobierno que humilla el honor de un Estado no merece algún tipo de castigo. En épocas menos confusas esta pregunta habría obtenido una respuesta inmediata y severísima."
Él no tiene ningún pasado de asesino (pero en España si que hay un pasado de golpes de estado e intervenciones militares), infiere amenazas y anima a otros a llevarlas a cabo, nunca jamás le va a caer ni siquiera una multa.
"Hace años le escuché a un muy apreciado compañero chillar con fuerza «Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria». Sí, sacadlas, porque otro camino sólo implica más sufrimiento. O el futuro terminará demostrando, sin duda, que os quedásteis sin ellas."
... y da nombres de funcionarios de prisiones y políticos que están en contra de Euskadi.
Tiene un pasado de asesino (aunque ya ha pasado en la carcel el tiempo que la justicia le marcó), infiere amenazas (son amenazas por el pasado concreto del etarra; si esas frases las hubiera escrito otra persona ni siquiera se hubieran parado a interpretarlas) y se le condena, quizás con justicia, a 3 años de prisión (tras numerosos espectáculos bochornosos de gobierno, oposición y jueces). Lo que ocurre después es otro asunto que no voy a entrar a analizar ahora.
Un escritor escribe en un artículo periodístico la siguiente frase a próposito de la prisión atenuada del asesino previamente mencionado:
"Cabría preguntarse si un gobierno que humilla el honor de un Estado no merece algún tipo de castigo. En épocas menos confusas esta pregunta habría obtenido una respuesta inmediata y severísima."
Él no tiene ningún pasado de asesino (pero en España si que hay un pasado de golpes de estado e intervenciones militares), infiere amenazas y anima a otros a llevarlas a cabo, nunca jamás le va a caer ni siquiera una multa.
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